Durante los últimos años han ido proliferando varios exponentes en cuanto a lo que se refiere a la parodia de los distintos géneros, siendo principalmente este 2015 el de los agentes secretos el que más ha sido explotado, con películas como la aceptable ‘Espías’ de Paul Feig, o la notable ‘Kingsman: Servicio Secreto’, siendo sin duda esta última la más lucida de todas ellas. Ahora, el director Nima Nourizadeh, quien debutó hace tres años con ‘Proyect X’, viene a aportar su contribución dentro de este juego combinando la locura, el aire juvenil y, por supuesto, las misiones encubiertas en una receta con buenos ingredientes pero con un resultado irregular, que termina por ser un producto descafeinado y sin demasiadas cosas a destacar.
‘American Ultra’ cuenta la historia de Mike Howell (Jesse Eisenberg), quien vive junto a su novia Phoebe (Kristen Stewart) en una ciudad monótona y aburrida. Pero todo cambiará cuando una operación secreta del gobierno se ponga en marcha, momento en que la vida de Mike dará un giro radical y su supervivencia sea el único objetivo.
Que Hollywood tiene desde hace largo tiempo un gran problema con la escasez de ideas no es ninguna novedad a poco que te guste el cine, y es que no es raro ver cantidad de remakes, secuelas y adaptaciones de todo tipo de diferentes fuentes de creatividad que asaltan la cartelera meses tras meses. A ello, y como ya se ha comentado en otras ocasiones, se ha sumado la moda de parodiar todo lo que se ponga por delante, intentando ser innovador y ofrecer algo medianamente original con los mismos elementos de siempre, pero dándole algunas vueltas de tuercas. En este escenario, nos hemos encontrado con propuestas que por lo general nos han dejado con buen sabor de boca, o al menos con la satisfacción de que las cosas se han hecho correctamente. Por desgracia ‘American Ultra’ no consigue entrar en esta categoría, y es que si bien hay que aclarar que no es ni mucho menos un desastre, sí que resulta ser un experimento fallido que no termina de cuajar, siendo demasiado irregular tanto en el tono como en el guion y con un regusto final insatisfactorio.
Porque lo cierto es que el film del director británico funciona medianamente bien a algunos niveles, mientras que en otros no termina de dar la talla en un libreto que es el principal problema, y que no combina ni juega bien con las diferentes piezas del tablero que tiene a su disposición. Es un refrito cargado, voluminoso y con poco sentido común en una trama que no se sostiene en la narración, y no es así porque el film nunca termina de apostar por el desfase de su material, imprimiendo en él un tono serio que no encaja con lo que vemos en la pantalla. Tanto el humor como la acción están acertados (a veces más, a veces menos), pero siempre desde una perspectiva individual y no colectiva, moviéndose bien como un ente propio y fallando en la integración de la cinta. No hay una apuesta clara por el tono y eso termina pasando factura a un trabajo que empieza fuerte y que se va desinflando con el pasar de los minutos, en parte gracias a una estructura algo caótica y a una separación muy clara y definida de sus distintas partes, sin cohesión ni razón entre ellas. Todo ello tiene daños colaterales, repercutiendo en que su metraje que no es excesivamente largo, resulte finalmente algo pesado y carente de interés en su tramo final, en un cóctel lleno de buenas ideas pero con una ejecución que dista mucho de ser la mejor.
Aún así, hay algunos componentes que salvan al «experimento» de la quema y que merecen ser destacados. La labor en la dirección de Nourizadeh es francamente buena, especialmente en las escenas de acción que recuerdan a las películas de serie B de los años 80, con grandes cantidades de sangre e insuflando un aire nostálgico y muy de novela gráfica que le sienta muy bien al conjunto. En cuanto al reparto, tanto Kristen Stewart como Jesse Eisenberg, que a pesar de haber tenido actuaciones más brillantes, consiguen dotar de solidez a sus personajes así como de cierta vulnerabilidad en sus intenciones, siendo el principal reclamo de la historia y probablemente lo mejor de ella. Además, trata temas con bastante eficacia sobre las identidades, el destino y las relaciones que a nivel dramático encajan correctamente, dotando algo más de trasfondo y de profundidad al asunto. Es una pena que todas estas virtudes no hayan sido aprovechadas para crear un desorden con un hilo narrativo fluido y que apostase más por la parodia en todas sus facetas, quedándose a medio camino en un batiburrillo juvenil insatisfactorio.
En definitiva, nos encontramos con una obra que pasará sin pena y sin gloria. ‘American Ultra’ es una balanza que no encuentra ni el equilibrio ni las formas, en un film tremendamente irregular que no deja clara sus intenciones y que desaprovecha algunas buenas ideas con un guion confuso y con poco atino para unir todos sus elementos. No es una catástrofe, e incluso en algunos tramos resulta bastante entretenida, pero es irremediablemente un producto desechable que no consigue equipararse a sus últimos exponentes.