Crítica ‘Star Wars: El Despertar de la Fuerza’: Un pasado para el futuro

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Ha habido un despertar. Algunos lo llamarán nostalgia, otros magia y el resto simplemente un recuerdo, pero al fin y al cabo todos coinciden en lo mismo, bien sea de forma moderada o excesiva. El Episodio VII recupera aquello que muchos añoraron en esa trilogía de precuelas que supuso el paso al lado oscuro de su creador, un George Lucas seducido por el poder del dinero, del exceso y de los efectos especiales. Abrams vuelve a la fuente original para rehacer los entresijos de la aventura que predominaba en los inicios del icono cultural que es y seguirá siendo Star Wars. Es lo que los fans pedían, lo que el público deseaba volver a encontrar y J.J., como ya hiciera con ‘Misión Imposible y ‘Star Trek’, devuelve las peticiones en forma de actualización en detrimento de la innovación.

El primer paso era claro: borrar de las memorias las precuelas y ofrecer las sensaciones de hace 30 años. Cumplido con nota. El siguiente, establecer las bases para las secuelas venideras y episodios, que esta vez sí, deben ser los encargados de desarrollar los fundamentos para justificar la creación de una nueva trilogía (y una serie de spin-off) que permita explorar la riqueza del universo galáctico y abrir las puertas hacia nuevos y emocionantes caminos. Cumplido a medias. Y es a medias porque nos faltan las otras dos piezas del rompecabezas, que habrá que mirar y valorar con perspectiva cuando todo encaje correctamente en su sitio.

En lo concerniente de manera exclusiva a este trepidante episodio cumple con todo lo pedido: el regreso de nuestros antiguos héroes, con el incansable carisma de Han Solo; la aparición de nuevos personajes, con una nueva y reveladora estrella llamada Rey, que es, con permiso de Leia, la heroína que Star Wars estaba esperando; y la búsqueda finalizada entre lo nuevo y lo viejo, la actualización nostálgica tanto para los veteranos como para las nuevas generaciones. Recicla partes de las más memorables entregas, en especial de ‘Una Nueva Esperanza’, pero la balanza se equilibra con la frescura de Boyega, Isaac y Ridley, quienes arrasan cuando interactúan entre ellos, pues el film funciona mejor cuando construye su propia identidad y deja en un segundo plano los (maravillosos) enganches de pasadas generaciones.

Resulta delicioso el carisma arrollador desprendido por ‘El Despertar de la Fuerza’ en su vertiginoso trayecto, que con sus más y sus menos, ofrece una reconciliación admirable. No se encuentra exenta de fallos, sin embargo, entre ellos una duración que se alarga durante unos minutos de más y la falta de definición de algún que otro personaje, pero lo que importa está y es necesario comprender y recalcar el quid de la cuestión, pues el objetivo de esta primera parte no es expandir, sino asentar para a partir de la base construir. Los cimientos son sólidos y necesitan ser moldeados, tarea delegada ya en Rian Johnson y Colin Trevorrow, y lo único que nos queda es esperar mientras contemplamos la apertura de un camino esperanzador, de una nueva y emocionante aventura, repleta de personajes tremendamente atractivos y llenos de carisma, de un maravilloso despertar que nos invita a volver a soñar con mundos lejanos, jedis, sith y espadas láser. La fuerza, por suerte para nosotros, es intensa en Abrams, quien devuelve al fin el equilibrio en la galaxia.